An Example of Overcoming a Small Problem
Some of the experiences with my practices demonstrate how much they’ve changed my everyday perspective on life. Some time ago, I had a three-hour drive to a speaking event in southern Colorado. All my props and books and CDs were safely packed in my car, and my daughter was driving so I could get a little shuteye before going onstage. We had brought snacks, and I had a huge bath towel—no, it was more like a beach towel—to cover my clothes while munching on slices of apple, cheese wedges and crackers. I didn’t want anything that would mess up my elegant crocheted dress. I didn’t even hug the dog before we left, because he likes to put his toenails in the crochet holes and pull. But, no. If you’re thinking I ruined my dress that day, uh-uh. That’s not it.
When we arrived at the venue, I stepped out of the car and looked down. My feet were still in my bedroom slippers! I immediately realized that my strappy shoes, the ones that go with my elegant crocheted dress, were still waiting by the door of my bedroom, instead of in the trunk of my car where they should have been. These bedroom slippers are not the kind that could pass for shoes—they’re the fuzzy kind, the dirty fuzzy kind. I’m fastidious about making sure everything is flawless for my gigs and this was a major slip-up
I’m proud to tell you that all I said was, Oh, dang.
And here’s what I mean about how I’ve changed. Formerly I would have said, OH DAMN!! all caps, maybe 16 exclamation points plus a few choice expletives. Perhaps I would even have stamped my fuzzy-slippered foot. Worst of all, I would have held onto that negative feeling, allowing myself to go down into the rabbit hole of bleakness. That would have thrown off my pace during my talk and believe me, audiences notice that kind of thing.
Instead, I did one of my quickie practices to center myself and ask for divine assistance. Then when I got inside, I took off my dirty slippers and my socks (those fuzzy slippers are too wide so I wear them with socks) and I gave my talk in bare feet. Sort of bohemian-style. Even got a standing ovation.
It was a good reminder: maybe those things I think are so important aren’t really so crucial, after all. Like being perfect. Like never making mistakes.
Big and little, in momentous and in less earth-shaking ways, my practices have transformed my life.
Ellen Wood of Questa is an award-winning author as well as an artist using the name Maruška.
The website for her books and paintings is https://questacreative.org/ellen-wood/. Contact Ellen at ellen@howtogrowyounger.com
Un Ejemplo De Cómo Superar un Problemita
Algunas de las experiencias con mis prácticas demuestran cuánto han cambiado mi perspectiva diaria sobre la vida. Hace algún tiempo, tenía un viaje de tres horas a un evento donde iba a hablar en el sur de Colorado. Todos mis accesorios, libros y CDs estaban bien empacados en mi coche, y mi hija manejaba para que yo pudiera descansar un poco antes de subir al escenario. Habíamos llevado bocadillos, y yo tenía una toalla de baño enorme —era más bien una toalla de playa— para protegerme la ropa mientras comía rodajas de manzana, queso y galletas. No quería que nada estropeara mi elegante vestido de crochet. Ni siquiera abracé al perro antes de salir, porque le gusta meter las uñas en los agujeros del crochet y tirar de ellos. Pero si piensas que arruiné mi vestido ese día, para nada, eso no fue lo que pasó.
Cuando llegamos al lugar de la presentación, salí del coche y miré hacia abajo. ¡Todavía tenía puestas mis pantuflas! Inmediatamente me di cuenta de que mis zapatos de tiritas, los que hacían juego con el elegante vestido de crochet, estarían todavía junto a la puerta de mi cuarto, en lugar de en el maletero del coche, donde deberían encontrarse. Las pantuflas que llevaba no eran de las que podrían pasar por zapatos —eran peluditas, del tipo despeluzado. Soy muy meticulosa y siempre me aseguro de que todo esté impecable para mis eventos y esto fue un gran descuido.
Tengo a orgullo contar que todo lo que dije fue: “Ay, caramba.”
Y aquí es donde quiero explicar cómo he cambiado. Antes hubiera dicho, ¡OH, MALDICIÓN!! en mayúsculas, tal vez con 16 signos de exclamación y algunas palabrotas. Quizás incluso habría dado patadas en el piso con las dichosas pantuflas peludas. Lo peor de todo es que habría mantenido ese sentimiento negativo, permitiéndome caer en el agujero de la angustia. Eso habría afectado el ritmo durante la charla y créanme, el público se da cuenta de esas cosas.
En lugar de proceder así, hice una de mis prácticas rápidas para centrarme y pedir asistencia divina. Luego, cuando entré, me quité las pantuflas sucias y los calcetines (esas pantuflas peludas son demasiado anchas, así que las uso con calcetines) y di mi charla descalza. Vamos, con un estilo un poco bohemio. Y al final recibí una ovación con todo el público de pie.
Fue un buen recordatorio: quizás esas cosas que creo que son tan importantes, no lo son tanto, después de todo. Como ser perfecta. Como no cometer errores nunca.
En lo grande y en lo pequeño, de maneras trascendentales y en otras menos impactantes, mis prácticas me han transformado la vida.
Traducción de Teresa Dovalpage
Ellen Wood Elegida para la Junta Directiva del Museo Millicent Rogers
La columnista de Questa Del Rio News y The Taos News Ellen Wood ha sido elegida para la Junta Directiva del Museo Millicent Rogers. Su columna en nuestro periódico se titula Vive Ama Ríe. También es autora de The Secret Method for Growing Younger, Volumes 1 and 2, y editó y participó en Late Bloomers: The Movement, Literary Gems by Taos Boomers in Their Prime.
El Museo Millicent Rogers es un Museo Estrella Azul, que ha recibido este reconocimiento de la Fundación Nacional para las Artes y las Familias Estrella Azul. Es una institución cultural que trabaja concienzudamente para cumplir con su misión: “Compartir y Celebrar las Artes y la Cultura del Suroeste.”
Author
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Ellen Wood, born in 1936, is a prizewinning author, columnist and former management executive. After her youngest child began school, Ellen started an in-house ad agency and won 16 awards for annual report and advertising excellence, including 4 national awards. Five years after her mother died of Alzheimer’s, Ellen experienced early symptoms (she has the gene, APO-e4). At 68 she developed a program of mind/body/spirit techniques that proved so successful, she wrote and published “Think and Grow Young,” followed by “Joy! Joy! Joy!” (now retitled “The Secret Method for Growing Younger,” Volumes 1 and 2) and gave inspirational speeches. Since 2018 Ellen has been the ad agency for NorthStar Tire and Auto in Questa, NM. Ellen started painting in November of 2020, having dabbled at it in her 20s, and gave herself a new name: Maruška, her father’s middle name. She is overjoyed to be part of a big, loving, kindhearted family. You can find her paintings at www.northernnewmexicoartists.com/ellen-wood
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